Foto de fondo

Gran parte del discurso presidencial se basa en ilusiones

Autor
José Pablo Franzini Batlle (extraído de sus mensajes en Twitter)
Fecha de publicado
03/03/2023
El público asistente

En Uruguay, el Presidente no tiene obligación normativa de comparecer ante el Parlamento, de todos modos es, a priori, simpático hacerlo. Así lo hizo su padre, Lacalle de Herrera durante su mandato. En realidad es solo un gesto, pues lo que informa no se pone a consideración del cuerpo, el cual solo escucha lo que al primer mandatario se le venga en gana decir o anunciar. Lacalle Pou, desplegó una parafernalia innecesaria para lo cual utilizó el ámbito de mayor significación republicana. Y eso confunde.

La puesta en escena consistió en una movida fuera del Palacio Legislativo con un clima marcado por una militante energúmena que por pertenecer a una minoría cree que tiene licencia para hacer y decir cualquier barbaridad,  incluído amenazas. Así como los representantes de los partidos que integran la coalición de gobierno. Llamó la atención que los ministros no pertenecientes a la coalicion ocupaban la segunda fila, detrás de los nacionalistas. Semióticamente, nada menor.

Todo lo anterior como marco para que Lacalle Pou desembarcara en una puesta en escena monárquica a la vez de un andar cercano a la gente. Dispuesto a la selfie y al saludo cálido. También confunde. Los herrera, tan proclives a las monarquías y a las que oficiaron como tales desde la usurpación del gobierno, como Franco, supieron ser populares. Hasta aquí las formas, el contenido: una enumeración de actos de gobierno, para él, logros. Anuncios de baja de carga impositiva no significativa pero baja al fin, aún cuando el país para cumplir con tal anuncio deberá aumentar el déficit fiscal o endeudarse. Muchísimos anuncios de lo que se hará.

Gran parte del discurso está basado en las ilusiones, las cuales —bien dijo— están intactas. La capacidad de intentar dar por concretado lo que aún está por hacer, hay que reconocerlo, es el mayor logro de este gobierno. Todo lo anterior adornado por una claque que interrumpía, cual libreto bien aprendido, la exposición en el momento justo. Por tanto lo que puede confundirse como un acto de responsabilidad republicana pasa a ser todo lo contrario. Pasa a ser un acto político, por puesta en escena y contenido.

Lo que no solo es contrario a lo que se intenta decir, sino que es un acto constitucionalmente prohibido a quien ejerce el más alto honor.

Yendo al final de la exposición presidencial, afirma éste: "aquí está el gobierno aquí estoy yo".

De más está decir que cualquier psicólogo podría demostrar la inseguridad y autoritarismo que encierra esa frase. Y continuó: "para que los uruguayos sean cada vez más libres.

Más allá de no entender el principio básico de la libertad que radica en que esta nadie la otorga sino que nace con nosotros parece haber olvidado, el Presidente, que hace apenas horas se comprobó que a su pedido se investigó al ex director de policía nacional, el que se suma a la persecución a su ex pareja.

Demagógico, contradictorio y poco sólido.

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